Dicen que sólo el 44% de los canarios se confiesan lectores frecuentes. Si tenemos en cuenta que buena parte de nuestro trabajo se difunde a través del texto escrito, quizás por ahí vayan los tiros.
¿Soluciones? Limitar nuestra labor divulgadora a las exposiciones parece asumir la triste realidad, y es evidente que el problema no lo tenemos sólo nosotros.
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