lunes, 4 de junio de 2007

Henry Kamen, los exiliados y Juan Ramón Jiménez

Parece que el insigne hispanista Henry Kamen lleva años tratando de desmontar la historia de España tal y como la conocemos, con ensayos de muy amplias miras que rectifican ideas fuertemente instaladas en el imaginario colectivo de la historiografía española.
En su último libro habla de los exiliados; en una entrevista realizada con motivo de la presentación de la obra, alude a unos cuantos ejemplos que merecen la pena destacarse:

La España medieval era un auténtico hogar de muchas culturas y los judíos y árabes tenían una parte esencial en su formación, pero no por eso hemos de distorsionar los hechos. No hubo convivencia pacífica, ni integración. Y la idea de una España muy católica en aquella época es francamente absurda.
¿Entonces?
Segunda perla, hablando de los exiliados:
De hecho, las mayores figuras -como Marañón- salieron de España no a causa de Franco sino a causa de la República y sus aliados (los anarquistas). Éste es un dato que se olvida muy a menudo. Un resultado fue el empobrecimiento intelectual de la dictadura. En cambio, los emigrados que hicieron el esfuerzo de aprender idiomas, entraron a formar parte de la cultura universal y contribuyeron a la cultura de otros países. Algunos, como el científico y norteamericano Ochoa, hicieron una aportación destacada.
Al final resulta que los rojos tuvieron la culpa del empobrecimiento cultural de la dictadura...
Hay más, pero sólo voy a reseñar una última.
Pregunta:
De todos los que salieron de España entre 1492 y 1939 -los judíos, los musulmanes, los protestantes, los liberales o las élites culturales del siglo XX-, ¿cuál de esas expulsiones fue más grave para su posterior desarrollo?
La respuesta no tiene desperdicio:
Tal vez ninguna. La expulsión más grave fue la de los moriscos, porque tuvo un impacto inmediato sobre la economía de la costa mediterránea. Las otras salidas tuvieron repercusiones mínimas, y la de 1936-1939, lejos de impactar negativamente en España, tuvo el beneficio de proyectar la obra de algunos exiliados a un nivel internacional (Juan Ramón Jiménez).
Suponemos que el bueno de Juan Ramón Jiménez tendrá que agradecer al régimen franquista que le insuflase las ganas de exiliarse. Si no seguro que ni olía el Nobel.

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