miércoles, 24 de octubre de 2007

Aznar contra los hijos adoptivos




No es este un blog de análisis de la actualidad. Su intención primaria era la de generar un debate serio sobre la situación de la Historia en Canarias y las perspectivas de trabajo futuras que tienen los historiadores no adscritos a puestos docentes de nuestras universidades.
Sin embargo, habrá podido comprobar todo aquél que se haya acercado a este blog en los últimos meses que, en vista del escaso éxito de esa primera intención, se intercalan noticias y opiniones que no siempre tienen relación con la disciplina histórica.
Este el caso de la noticia que quisiera comentar hoy. Resulta que ha visto la luz un libro escrito (suponemos) por José María Aznar en el que repasa sus opiniones fundamentales sobre el mundo actual. No es precisamente un texto histórico, pero como el que suscribe la publicación ha sido presidente del gobierno el interés se le supone.
El libro en cuestión lleva por título Cartas a un joven español, y por tanto tiene como público final a todos los que se consideran españoles a la manera del PP (absténganse opciones políticas no recogidas en la Constitución de 1978), y está escrito en forma de diálogo con un joven español, que, como todo buen joven español, debe llamarse Santiago.
Los 22 € que cuesta el ejemplar y el escaso interés intelectual que despierta en quien escribe el blog este personaje hacen que haya buscado entre la prensa diaria noticias de este libro, además de la que ha motivado la redacción de este comentario, publicada por EL PAÍS, para redactar estas líneas. Curiosamente (o sospechosamente)la noticia sólo ha tenido eco en ese medio de comunicación. Y la verdad es que el extracto recogido en el artículo no tiene desperdicio:
- Sin la nación, todo se derrumba. El acuerdo fundamental es sobre la nación española. Sin él todo lo demás se derrumba. Durante muchos años se ha difundido una imagen oscura y tenebrosa de la herencia española. Se avergonzaban de un pasado centenario. La cultura española es la decantación de nuestro pasado. Por eso, la reivindicación de la historia es también la reivindicación de la verdad que la cultura nos ofrece. Tú mismo, Santiago, recordarás algunos momentos en que la nación española ha surgido con una fuerza que pocos esperaban. En los días del martirio de Miguel Ángel Blanco, y ahora, en las manifestaciones contra la negociación con quienes lo asesinaron. El juego malabar de incluir la figura de Miguel Ángel Blanco en esta argumentación no tiene desperdicio, pero no parece lo más importante. Si la reivindicación de la historia es la de la verdad que la cultura nos ofrece: ¿por qué votamos en contra de la ley de la Memoria Histórica? ¿Porque no busca con suficiente ahínco la verdad histórica? ¿Porque no busca la verdad histórica que nos interesa? ¿No era que teníamos que mirar al futuro y no al pasado? ¿Ha consultado con Mariano Rajoy antes de escribir esta frase?
- No se es español a tiempo parcial. España además de un deber, es una pasión y un sentimiento hondo. No se es español por horas o a tiempo parcial, aunque no siempre estemos pensando en España. (Bien es verdad, Santiago, que lo solemos hacer menos de lo necesario). El ser español lo impregna todo, así de poderosa es nuestra nación. Si llegase a estar en peligro, sería tu propia entidad individual la que estaría en riesgo. Destaca el aire de homilía y de teoría catequética del Estado, pero sobre todo llama la atención que esto lo dice una persona orgullosa de ser española a su manera, algo muy respetable. Si hubiera que calificarla diríamos que es un nacionalista español. ¿Entonces por qué se autodenominan constitucionalistas? ¿Se avergüenzan de llamarse españolistas? ¿Pero no había que sentirse orgullosos de ello? Cada vez se entiende menos...
Pero lo que menos se alcanza a comprender es su ataque a las familias con hijos adoptivos. Concretamente el autor de tan profundas reflexiones ideológicas señala que: No sé, y creo que nadie lo sabe, qué pasará cuando un niño o una niña no puedan llamar padre ni madre a quienes se dicen sus progenitores pero que en muchos casos no lo van a ser. ¿Qué idea del mundo y de la realidad van a tener unos niños así criados? ¿La de que todo es posible? ¿La de que las leyes pueden dar satisfacción a todos los deseos? Porque está hablando de los hijos adoptivos, ¿no?







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