La Policía Nacional recuperó ayer cerca de 1.800 piezas precolombinas que llevaban más de diez años desaparecidas, justo tras haberse realizado una exposición con ellas. Lo curioso del asunto es que el presunto autor de los hechos delictivos es el propio comisario de la exposición.
En este blog ya nos hemos hecho eco de varios casos en los que la cultura sirve de vehículo de lucro personal, como aquél de los becarios de la Universidad de Sevilla a los que se les robaba parte del dinero de su beca y se lo quedaban los responsables del proyecto.
Malos tiempos para la cultura...
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